El entrenador del Real Valladolid, Paulo Pezzolano, ha sido sancionado con cinco partidos de suspensión por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tras un acalorado altercado con los árbitros después de la derrota de su equipo por 3-1 ante el Celta de Vigo el domingo. Además de la sanción, Pezzolano ha sido multado con 10.000 euros por sus acciones.

El incidente ocurrió poco después del pitido final, cuando las tensiones se dispararon tras el decepcionante rendimiento del Valladolid. Frustrado por la derrota de su equipo y varias decisiones arbitrales controvertidas durante el partido, Pezzolano confrontó a los oficiales en un intercambio acalorado que rápidamente se intensificó. El personal de seguridad tuvo que intervenir para separar al entrenador de los árbitros mientras la confrontación atraía la atención de ambos equipos.

Tras una rápida investigación, el comité disciplinario de la RFEF impuso el castigo, citando conducta antideportiva y comportamiento inapropiado hacia los árbitros. La sanción hará que Pezzolano se pierda cinco partidos cruciales mientras el Valladolid busca recuperarse en la temporada, aumentando la presión sobre el club en este momento complicado.

En un comunicado, el Real Valladolid expresó su decepción por el incidente, mientras que Pezzolano ofreció disculpas a los aficionados y al club. “Lamento mis acciones y asumo toda la responsabilidad por lo sucedido. Las emociones estaban a flor de piel, pero debería haber actuado con más profesionalismo. Aprovecharé este tiempo para reflexionar y volver más fuerte”, dijo Pezzolano.

La sanción llega en un momento crítico para el Valladolid, que busca estabilizar su temporada tras actuaciones irregulares. Con Pezzolano fuera, los entrenadores asistentes se encargarán de los próximos partidos, ya que el club enfrenta una serie de enfrentamientos difíciles.

Mientras tanto, el Celta de Vigo aprovechó la victoria para ganar puntos cruciales, aunque su triunfo se vio empañado por la controversia posterior al partido. La decisión de la RFEF ha enviado un mensaje claro sobre el mantenimiento de la disciplina, y las repercusiones del estallido de Pezzolano se sentirán tanto para el entrenador como para su equipo en las próximas semanas.